Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París--y no me corro--
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camno, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
Qué magnífico su punto de vista de "ya recordar" su propia muerte. Pues, es algo especial poner su muerte durante un jueves de otoño. Ni jueves ni otoño llegan al fin de sus ciclos...es decir que César va a morirse antes de su tiempo natural. Es un hombre inocente porque "les haga nada" y a la vez se lo pegaron.
No conozoco París, pero no creo que yo tenga la habilidad de ver la muerte y no huirla a causa de estar en una ciudad así. Mucha gente se enamora de París, pero no voy a ser uno de ellos.
Yo también escribé un poema sobre mi muerte, pero me maté a mi...me ahogé en la espuma del mar. Tal vez puedo "postar"lo en mi blog en el futuro...si mis lectores quieren leerlo.
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